La estancia en phuket town h durado algo mas
De lo esperado. No he visitado las playas de la localidaf, atestDas de turistas y con inflados precios. Me he quedado en phuket town, lugar sin interés aparente pata el turista, que me ha permiiddo acercarme a la cotidianeidad local, siendo una experiencia ampliamente satisfactoria. El primer día la joven de
Origen ruso que conocí en el aeropuerto fue una grata compañía. Lleva dos anos viviendo en una pequeña isla ko samui, donde dio a luz a su primera hija hace un ano. Conoce bien la cultura y la gente del lugar, no pude encontrar mejor guía pAra adentrarme en el país. Recorrimos la cuidad hacia el sur, buscNdo el mar. Atravesamos mercados locales, compartimos las comidas típicas del lugar a precios ridículos, visitamos tiendas de antigüedad imposibles y templos de cultos diversos.
Al dia siguiente, me disponía, en solitario esta vez. A pasar el día en una de las playas de phuket, según la información que tenía, pretendía llegar a la menos turística y una de las mas bonitas. A la hora de buscar transporte nunca se sabe aquí... Normalmente intentaran hacerte pAgar mas de lo normal y luego habrá que tener la suerte de llegar al lugar acordado. En esa batalla de taxistas, tuk tuks y autobuses, tratando de dar con el bus local que era mucho mas barato, conocí a Santi y a Lidia, una pareja de madrilenios que llevaba unos días viajando por tailndia. Les pareció el mío un destino apetecible así que nos unimos. Conseguimos un transporte bstange asequible y llegamos a la ansiada playita. Nadamos, conversamos y reimos. Tanto en la playa como esa noche, cuando dimos un agradable paseo por otros mercados y bares locales, para cerrar la velada viendo como Espana perdía estrepitosamente contra suiza en el mundial ngracias chicos, fue un placer.
El día siguiente fue un día lluvioso y deliberadamente solitario. Dormí un buen puñado de horas. Y al llegar la tarde pasee por la ciudad, visite sobretodo templos. Fueron los budistas los que mayor impresión causaron en mi. Sobretodo uno, las tres
Enormes
Estatuas de buda estaban rodeadas en perfecta armonía por orquídeas de gran belleza y una seria de carteles con mensajes como estos: 'vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para
Siempre' o ' haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estes'.
Al volver al hotel me acerque a una librería con títulos en idiomas extranjeros, de entre los a penas 10 kibros que había en castellano, uno de ellos era 'buda'. No había duda, era para mi. Imbuido en su lectura he estado desd entonces, ahora, en un autobús camino a Krabi, me vais a perdonar, pero me voy a dedicar a él. Buena suerte y hasta pronto.

--



Desde Mi iPhone
No hay comentarios:
Publicar un comentario